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A 1.246 m de altitud, construido directamente sobre la roca, se encuentra el Santuario de Bellmunt. Antes hubo una fortaleza, el Castillo de Sa Raganyada, desde el cual se divisaba lo que ahora conocemos como la Plana de Vic, los Pirineos, el Valle del Ges y el Bisaura. En días claros, podemos llegar a ver la montaña de Montserrat. Se trata, sin duda, de una de las atalayas más impresionantes de la comarca de Osona y de Cataluña.
El amor de la gente por este lugar y por el pequeño icono que lo representa, la Mare de Déu de Bellmunt, ha posibilitado que el Santuario sea un lugar accesible y muy bien conservado en la actualidad. La Asociación de Amigos de Bellmunt ha sido siempre una entidad capital en este sentido, muy activa y comprometida en cuanto al cuidado y el mantenimiento del Santuario.
Un privilegio paisajístico, cultural y espiritual a tu alcance.
La ermita en el cielo suspendida
La ermita original contaba con una única nave datada del siglo XIII que acogía la pequeña capilla donde estaba la imagen de la Mare de Déu de Bellmunt. Posteriormente se le añadieron dos naves laterales para reforzar la estructura que conocemos en la actualidad.
El templo se puede visitar de jueves a domingo y se hace misa el primer domingo de cada mes. L’Aplec de Bellmunt se celebra el lunes de Pascua y se trata de una fiesta religiosa y popular muy esperada que reúne, año tras año, un gran número de habitantes de Sant Pere a pie del Santuario.